lunes, 5 de noviembre de 2007

Gobiérnate... y gobernarás

El liderazgo ha sido descrito de muchas maneras: como un arte; una ciencia; una profesión; una posición; una función; etc... Sea cual fuere el punto de vista al respecto, seguramente acordaremos en que el liderazgo es un proceso muy exigente que involucra una enorme cantidad de habilidades y una cabal comprensión del entorno.Sin embargo, existe una habilidad que es fundamental para el liderazgo en todas sus formas: el autodominio. El autodominio siempre mereció atención (la filosofía, la psicología y las tradiciones religiosas y culturales de diversas sociedades lo han tratado desde la antigüedad), pero ahora, que vivimos y trabajamos en sociedades donde las grandes organizaciones juegan roles dominantes, esta atención se ha visto reforzada. La calidad del liderazgo se ha vuelto una preocupación global y las consecuencias de tener líderes que carezcan de autodominio, pueden ser devastadoras...El autodominio no es algo ocasional, ni una sutileza que un líder pueda o no poseer: es un proceso que lleva toda una vida. El autodominio es la habilidad de gobernarse a sí mismo y es resultado de tres cualidades fundamentales: el auto-conocimiento, la auto-conciencia y el auto-control.Conocerse significa separar quiénes somos y quiénes queremos ser de aquello que los demás piensan que somos y que deberíamos ser. El autoconocimiento nos permite descubrir nuestra identidad y darle expresión. Todos somos personas únicas pero, cuando leemos las biografías de los grandes líderes, descubrimos que sus vidas dan testimonio de un increíble esfuerzo por definirse, por ser ellos mismos y mostrar ese carácter extraordinario al mundo. Construir una fuerte identidad es aquello que les permitió dejar legados (políticos; sociales; educativos; económicos; etc...) que evocarán sus nombres por siempre.La introspección es el recurso que todos tenemos para practicar el autoconocimiento. La introspección es una forma "necesaria" para independizarse del mundo. El líder está inmerso en un trabajo continuo de comprensión: de sí mismo y de sus circunstancias. Basta recordar las solitarias contemplaciones de los líderes sociales y espirituales. Esto puede parecer demasiado abstracto, pero el liderazgo es un acto intensamente personal y todo aquello que conforma al líder como ser humano entra en juego. Esto incluye sus tempranas experiencias de vida (su crianza, educación, relación con sus padres y maestros, amistades, etc..) que definieron parte de su posición en el mundo.La autoconciencia se refiere a aquello que somos conscientes de experimentar, en nuestras mentes y cuerpos, en este preciso momento. Funciona sin estimulación externa: yo puedo, por ejemplo, ser consciente de un recuerdo y sentir emociones respecto de él. Podemos también monitorear nuestros pensamientos y sentimientos, respecto de sucesos que ocurrieron, están ocurriendo, o incluso podrían ocurrir. Pero, si bien mirar hacia atrás y hacia adelante juega un rol importante en el liderazgo, es crucial que un líder esté conectado con lo que sucede aquí y ahora.Si le preguntáramos a alguien "¿De qué es consciente en este preciso momento?" respondería diciéndonos en qué está pensando, qué está viendo o escuchando, o qué siente internamente. Aunque no todos somos conscientes en un mismo nivel. Una persona puede estar desconectada de sus sentimientos, pero tener una gran conciencia de sus pensamientos. Otra persona puede acceder -e identificar- sus sentimientos, pero no puede clarificar sus ideas.La autoconciencia es la habilidad para entrar en contacto con nuestra percepción del mundo y contraponerla objetivamente con datos. Esta capacidad es fundamental para el liderazgo porque, cuando las acciones de un líder están desalineadas de la realidad, sobrevienen consecuencias negativas: fracasan las estrategias, se pierden las batallas, se desperdician las oportunidades y se dañan las relaciones.Las conductas provienen de fuerzas dentro de nosotros mismos, así como de percepciones y fuerzas que actúan fuera de nosotros. El proceso es circular e interactivo. Una interacción efectiva con el mundo requiere que los líderes hagan coincidir sus actos con la realidad externa. Los líderes también necesitan saber cuándo están "inundados" por sus emociones, cuándo sus pensamientos están siendo "contaminados", cuándo están perdiendo de vista sus objetivos, etc... Es decir, necesitan controlarse y controlar sus entornos mientras toman sus decisiones. Los líderes deben saber la manera en que sus conductas influyen en los demás y viceversa. La autoconciencia nos permite ver claramente:
• nuestros estados emocionales• nuestros pensamientos• nuestras observaciones e interpretaciones • nuestras reacciones a las acciones de los demás • nuestros motivos, propósitos, intenciones y prioridades • nuestros mecanismos de defensa
Finalmente, el autocontrol es la habilidad de mantener siempre nuestras facultades, aún bajo presión. Como la mayoría de las personas, los líderes enfrentan frecuentemente situaciones estresantes y frustrantes que cambian sus conductas... aunque casi nunca para mejor. Aquellos líderes que pueden mantener el control sobre sus emociones y acciones, están mejor equipados para influir en los resultados de las situaciones que viven. El control sobre los demás es una ilusión: no podemos realmente controlar a otras personas -o dictar el resultado de los eventos- sino solamente controlar nuestros propios impulsos.Aunque la espontaneidad es una virtud que nos hace humanos, los líderes muchas veces deben sacrificarla. Todos tenemos derecho a reír, jugar, llorar, sentirnos decepcionados y enojados, pero un líder debe renunciar a este "derecho" en determinadas circunstancias. Si un líder ataca a otras personas (las insulta, acusa o amenaza) está perdiendo su autocontrol y, como consecuencia, su habilidad para influir en el resultado buscado. Todo lo que decimos y hacemos deja una impresión duradera en los demás. Si dejamos aflorar sentimientos hostiles, estaremos amenazando el diálogo y las relaciones. Esto no significa que un líder deba ocultar sus sentimientos o enterrarlos. Nada de eso; los sentimientos son muy importantes para él. El autodominio sólo nos recuerda que los sentimientos de los demás son tan importantes como los nuestros.El autodominio es un proceso de aprendizaje lento y progresivo. Una tarea que no tiene fin, que no puede delegarse, ni dejarse para mañana. Es responsabilidad de todos, pero -especialmente- de quienes influyen en otras vidas.

"Ninguna persona está preparado para gobernar a otra si no puede gobernarse a sí misma"- William Penn -

1 comentario:

Judith dijo...

Silvia Querida:Esto de gobiérnate y gobernarás es tan cierto .. La frase "Ninguna persona está preparada para gobernar a otra si no puede gobernarse a sí misma" William Penn, esta llena de sabiduría y verdad, pues nadie puede dar lo que no tiene y tampoco exigirlo... los seres humanos somos tan complicados con nosotros mismos que las palabras de autoconocimiento, autoconciencia y autocontrol.. suenan en nuestra cabeza pero muchas veces no dicen nada... y sabemos que hay cosas que requieren más que conocimiento .. requieren voluntad y aceptación.. y es cierto el autodominio es un proceso que nos llevará toda la vida y me atrevería a decir que moriremos y ese proceso sigue en eso... en un proceso, pues todos somos únicos y cada uno llevará su ritmo de ir descubriendo lo que somos y lo que queremos ser... Me identifico tanto con el hecho de que si uno se gobierna... será capaz de gobernar.
Todo el material que publicaste te lleva a la reflexión y el autoanálisis en muchos casos... Lindo!!

¿Con cuál de esta definiciones te identificas? El empoderamiento es: